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Desinfectantes de heridas en perros: recomendaciones de uso
En la práctica clínica es habitual el uso de desinfectantes o antisépticos, por lo que es necesario que el clínico esté familiarizado con la acción de estas sustancias. Dentro los antisépticos se incluyen la clorhexidina, el Tris-EDTA, los iodóforos y el hipoclorito sódico diluido.
Por contra, se consideran desinfectantes los aldehídos, el cloro (incluyendo el hipoclorito sódico no diluido), el óxido de etileno, el peróxido de hidrógeno, los fenoles y los compuestos de amonio cuaternario, en general. Por último, los alcoholes, cloroxilenoles y los compuestos iodados podrían incluirse en ambos grupos.
Uso de los desinfectantes de heridas en perros
Una de las situaciones más comunes en las que se requiere el uso de desinfectantes de heridas en perros es en el manejo de heridas por mordedura. Se ha estimado que hasta el 87,5% de estas heridas pueden presentar contaminación bacteriana, y casi un 20% se corresponden con bacterias multiresistentes.
El desarrollo de infecciones en las heridas quirúrgicas es también una situación frecuente para recurrir a la aplicación de desinfectantes de heridas en perros. Este tipo de infección se considera la causa más común de infección médica en los países en vías de desarrollo y la segunda más frecuente en Europa o Estados Unidos. Debido a su carácter comensal y oportunista, los estafilococos son los principales responsables de estas infecciones en el perro. En los últimos años han aumentado muchos las cepas resistentes a la meticilina, lo que podría afectar a la eficacia de algunos antisépticos.
Lavado previo de la herida
Antes de aplicar soluciones antisépticas/desinfectantes debe procederse al lavado de la herida. El lavado permite eliminar el tejido desvitalizado y restos de suciedad, así como reducir la contaminación bacteriana. Como solución de lavado se recomienda usar Ringer-Lactato o solución salina con tampón fosfato. La aplicación de estas soluciones puede hacerse mediante bolsa de 1L presurizada a 300 mm Hg o bien mediante una jeringa grande y aguja de 18G. De modo general se recomienda emplear 50-100 ml de fluido por cm2 de lesión. Se desaconseja el uso de agua destilada o suero salino normal por sus posibles efectos citotóxicos sobre los fibroblastos.
Aunque en el pasado se recomendaba el uso sistemático de soluciones antisépticas en el procedimiento de lavado inicial de las heridas, no se ha demostrado que su aplicación resulte en un beneficio adicional en todos los casos. Sin embargo, no podemos ignorar que se ha descrito una relación directa entre el tiempo de evolución de una herida hasta que el perro es visitado por el veterinario y el desarrollo de infección local. Se considera que el efecto beneficioso del lavado es máximo en las 6 primeras horas; a partir de ese momento es posible que el lavado por sí mismo no elimine la potencial contaminación bacteriana.
Elección del desinfectante
La selección del desinfectante de heridas a utilizar debería basarse en la actividad antibacteriana de la sustancia y en la falta de efectos negativos en la cicatrización de la herida.
- La clorhexidina es uno de los antisépticos más usados en veterinaria, en contraste con las recomendaciones actuales en medicina humana, especie en la que se han documentado resistencias bacterianas tras su aplicación, e incluso se ha vinculado con el desarrollo de resistencia cruzada frente a la acción de varios antibióticos. La clorhexidina presenta una cierta actividad residual tras su aplicación, por que lo que en ausencia de resistencias su uso en veterinaria sigue siendo recomendable. Por otra parte, la dilución en solución salina o Ringer Lactato (0,05%) no parece afectar su actividad antibacteriana. Un aspecto a tener en cuenta es que la clorhexidina puede venir vehiculada en solución alcohólica. Esto podría conferir una eficacia antibacteriana adicional, pero limita el uso en heridas abiertas por el posible efecto irritante del alcohol.
- La povidona iodada en solución acuosa (7,5%) ha mostrado una eficacia similar a la de la clorhexidina al 2%. Aunque no se ha demostrado que clínicamente sea significativo, en concentraciones > 0,5% la povidona iodada ha mostrado citotoxicidad in vitro frente a los fibroblastos. Se ha recomendado que en heridas grandes se use con precaución por la posible absorción sistémica de iodo.
- La solución de Dakin (hipoclorito sódico al 0,005%) se popularizó en medicina humana durante la primera Guerra Mundial y su uso ha persistido hasta nuestros días. No hay evidencias de su eficacia en heridas abiertas caninas, pero por ejemplo en medicina humana se ha reportado que presenta mayor efecto antibacteriano que la povidona yodada en el tratamiento de heridas quirúrgicas infectadas tras apendicectomia.
- La polihexanida es una biguanida (como la clorhexidina) con efecto bactericida que presenta una alta eficacia terapéutica y un efecto antiséptico sostenido. En veterinaria se ha empleado en dermatología y recientemente en la descontaminación de heridas, habiéndose mostrado muy eficaz.
Se desaconseja el uso de agua oxigenada como desinfectante de heridas en perro porque no es efectiva frente a bacterias anaeróbicas y su acción frente a microorganismos aeróbicos es muy débil. Además, puede provocar la obstrucción de los capilares sanguíneos superficiales con la subsiguiente necrosis de la zona. Su única ventaja es el efecto espumante.
Conclusiones
El uso de desinfectantes de heridas en perros es frecuente en la práctica clínica habitual. Los empleados tradicionalmente con mayor frecuencia son la clorhexidina y la povidona yodada, mientras que la polihexanida ha mostrado recientemente ser un desinfectante eficaz. Por otra parte, el veterinario no debe olvidar la importancia de un lavado adecuado de la herida, previo a su uso.
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