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Hipotiroidismo en perro: síntomas típicos y dagnóstico
En la evaluación diagnóstica del hipotiroidismo en perros, síntomas como alopecia simétrica bilateral y ganancia de peso apoyan la determinación de niveles de hormonas tiroideas.
El hipotiroidismo una de las endocrinopatías más frecuentes en el perro y la enfermedad de la glándula tiroides más común en esta especie. Podemos clasificarlo en:
- Hipotiroidismo primario, causado por una tiroiditis linfocítica o por una atrofia glandular idiopática, y que a su vez puede ser congénito o adquirido, representa más del 95% de los casos de hipotiroidismo en el perro.
- Hipotiroidismo secundario, consecuencia de una disminución en la secreción de TSH,
- E hipotiroidismo terciario, debido a una deficiencia de TRH.
Los dos últimos se consideran raros y excepcionales, respectivamente.
Como la deficiencia en los niveles de hormonas tiroideas afecta al metabolismo celular de muchos sistemas orgánicos, los signos clínicos del hipotiroidismo pueden ser muy variables.
Hipotiroidismo en perros: síntomas
El hipotiroidismo afecta generalmente a perros de mediana o avanzada edad (media 7 años). Las manifestaciones clínicas iniciales pueden ser muy sutiles y pasar desapercibidas.
SIGNOS DERMATOLÓGICOS
Son los más frecuentes y están presentes en el 60-80% de casos de hipotiroidismo en perro. Aunque las manifestaciones clínicas pueden ser variables, la más común es la clásica alopecia troncal, simétrica, bilateral, no pruriginosa (salvo que haya infección secundaria). Puede producirse una atrofia de las glándulas sebáceas con hiperqueratosis, formación de escamas, seborrea seca y manto seco y sin brillo.
La alopecia inicialmente es asimétrica, y afecta a zonas sometidas a mayor rozamiento o presión, como la región caudal de los muslos, tórax ventral, base de la cola y cola en si misma (“cola de rata”). A medida que progresa, la alopecia va afectando al tronco y haciéndose simétrica. La presencia de este tipo de alopecia en un perro con otros signos de disminución de su tasa metabólica y sin poliuria/polidipsia es altamente sugestivo de hipotiroidismo.
La hiperpigmentación en las zonas alopécicas es frecuente, así como el engrosamiento de la dermis (mixedema), que contribuye a la expresión facial “trágica” de los perros hipotiroideos. Además, el hipotiroidismo puede predisponer al desarrollo de otitis externa crónica y demodicosis.
OTROS SIGNOS CLÍNICOS MENOS FRECUENTES
- Manifestaciones como obesidad y letargia se han reportado en aproximadamente el 50% de los casos.
- Las afecciones del sistema cardiovascular pueden estar presente en hasta el 10% de los perros hipotiroideos (bradicardia sinusal, fibrilación atrial, bloqueos atrioventriculares, disfunción sistólica). Sin embargo, la relación causa-efecto de algunos de estos signos no está bien establecida, por lo que su interpretación debe ser cautelosa.
- Los signos neurológicos están presentes en el 4% de los perros. Se han descrito neuropatías periféricas (cuyo mecanismo no ha podido ser explicado) con intolerancia al ejercicio, debilidad, ataxia, déficit de propiocepción y parálisis, así como disfunciones de los pares craneales. También se ha descrito una miopatía subclínica, que no es fácil de diferenciar de una neuropatía. De modo menos frecuente se han reportado convulsiones, desorientación y andar en círculos.
La relación causa-efecto con otras alteraciones presentes en el hipotiroidismo (parálisis laríngea, megaesófago o miastenia gravis), no está bien establecida. El coma mixedematoso es un síndrome extremadamente raro en el hipotiroidismo caracterizado por un cuadro de debilidad severa, hipotermia, bradicardia y disminución del nivel de conciencia que puede progresar a estupor y coma.
- Tradicionalmente se ha considerado que el hipotiroidismo causaba falta de líbido, atrofia testicular y oligospermia o azoospermia en machos, así como prolongación del intervalo interestral, anoestro persistente, reducción de la mortalidad y abortos en hembras; sin embargo, no todas estas alteraciones se han podido demostrar en estudios experimentales. Por ello, ante cuadros de este tipo deben considerarse previamente otros diferenciales.
- A nivel ocular pueden presentarse depósitos lipídicos corneales y disminución de la producción de lágrima.
Diagnóstico
La presencia de determinadas alteraciones clinicopatológicas como anemia normocítica normocrómica no regenerativa, hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia en pacientes con cuadro clínico compatible, incrementa la sospecha de hipotiroidismo y apoya la evaluación de la función tiroidea.
La evaluación funcional de la glándula tiroides se hace a través de la determinación de la concentración de las hormonas tiroideas. Teóricamente los perros hipotiroideos tienen concentraciones de tiroxina (T4) total (tT4) y libre (fT4) significativamente más bajos que los perros eutiroideos. Desgraciadamente perros eutiroideos con otras muchas enfermedades sistémicas o en tratamiento con determinados fármacos (corticoides, fenobarbital, sulfonamidas, AINEs, clomipramina o inhibidores de la tirosina quinasa) pueden presentar concentraciones de T4 inferiores a lo normal, lo que complica el diagnóstico. Además, los valores de referencia de T4 pueden no ser aplicables en determinadas razas. Por ejemplo, los galgos presentan de modo fisiológico valores más bajos que otros perros.
Aunque la determinación de fT4 aumenta la sensibilidad diagnóstica, no se debe establecer el diagnóstico basándonos únicamente en el valor de T4. Sin embargo, si tT4 >1.5 μg/dL puede excluirse el hipotiroidismo de la lista de diferenciales. La determinación de los niveles de triyodotironina (T3) no aporta valora añadido a la diferenciación entre un perro eutiroideo y uno hipotiroideo.
La determinación de la concentración de tirotropina (TSH) como parámetro aislado se considera poco sensible y específica, la obtención de un valor elevado en la misma muestra en la que se han encontrado valores bajos de tT4 o fT4 es altamente específica (>90%) en el diagnóstico del hipotiroidismo canino.
El test de estimulación con TSH se considera el gold standard en el diagnóstico del hipotiroidismo en perros, siendo útil también en perros con otras enfermedades sistémicas. Uno de los factores limitantes para su aplicación clínica es el elevado coste de la TSH. Por ello, recientemente se ha validado un protocolo usando dosis más bajas de lo habitual, lo que abarataría el coste del procedimiento. En cualquier caso esta prueba no puede considerarse eficaz en el 100% de los pacientes, por lo que en algunos casos habrá que asumir que no es posible establecer el diagnóstico en base a los resultados de las pruebas laboratoriales. En estos pacientes, una opción puede ser un ensayo terapéutico con tiroxina. Sin embargo, la respuesta clínica no siempre confirma el diagnóstico, ya que es posible que algunos signos mejoren por los efectos de la tiroxina en la tasa metabólica del paciente. Una vez observada la respuesta clínica, sería necesario detener el ensayo y valorar si los signos reaparecen, lo que confirma el diagnóstico.
Conclusiones
El hecho de que el hipotiroidismo en el perro pueda presentar síntomas tan variables favorece la sospecha clínica en muchos pacientes que realmente no son hipotiroideos. Además, el hecho de que no dispongamos de pruebas diagnósticas altamente sensibles y específicas complica el diagnóstico de la enfermedad. Por ello, es muy importante que antes de establecer el diagnóstico, verifiquemos la presencia signos clínicos y alteraciones clinicopatológicas compatibles, y que no están presentes otros factores que puedan alterar los resultados de las determinaciones hormonales, y, por último, que nos aseguremos que las pruebas se hacen en laboratorios que usan técnicas validadas.
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