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Parálisis facial en perro: etiología y diagnóstico
La parálisis facial en perros puede ser un proceso idiopático, pero antes de llegar a esa conclusión es necesario excluir otras posibles etiologías.
De modo general, el término parálisis facial en perros hace referencia a la incapacidad de mover los músculos de la cara debido a una disfunción del componente motor del séptimo nervio/par craneal, el nervio facial.
El nervio facial proporciona inervación somática a los músculos de la cabeza, incluyendo los de la cara y oído externo, inervando también algunas porciones del músculo digástrico y del estilohioiedo. Además, contiene fibras que inervan las papilas gustativas del paladar y los 2/3 rostrales de la lengua, así como las glándulas lacrimales, salivares y glándulas de la mucosa nasal, bucal y lingual.
Por ello, la lesión del nervio facial puede causar paresia o parálisis de los músculos de la oreja, párpados, nariz, mejillas y labios. Por otra parte, la parálisis del nervio facial puede cursar con alteraciones en la masticación si se dañan las fibras que llegan al músculo digástrico. En pacientes en los que la lesión se produce antes de que el nervio pase por el agujero estilomastoideo pueden dañarse las fibras parasimpáticas que inervan tejido glandular a nivel óculo-nasal, causando queratoconjuntivitis seca e hiperqueratosis del plano nasal respectivamente.
Etiología de la parálisis facial en perros
De modo general, la parálisis facial en perros ha sido considerada un trastorno idiopático, similar a la parálisis de Bell del ser humano. Sin embargo, en la literatura veterinaria existen grandes diferencias en el porcentaje de casos que realmente podrían considerarse idiopáticos (29,5-74,7%). Probablemente estas diferencias tengan que ver con el momento histórico en el que se han realizado estos estudios y con la distinta localización geográfica de las poblaciones muestreadas. El estudio de Kern y Erb3 describía casos diagnosticados entre 1975-1985 en Nueva York, cuando técnicas como la tomografía computarizada o la resonancia magnética no se usaban en medicina veterinaria. Sin embargo, el estudio de Chan, et al4 reporta casos diagnosticados entre 2001-2016 en Sidney, cuando estas técnicas ya estaban disponibles en centros de referencia y permitían el diagnóstico etiológico de determinados casos que de otro modo se hubieran considerado idiopáticos.
Otras causas de parálisis del nervio facial
La parálisis por garrapatas puede causar parálisis del nervio facial secundaria a enfermedad neuromuscular, siendo mucho más frecuente en el este de Australia que en Nueva York.
Además de la citada, otras causas de parálisis del nervio facial incluyen la otitis media e interna (aproximadamente el 50% de perros afectados pueden presentar lesiones del nervio facial), trauma craneal, cirugía (por ejemplo tras la ablación total del conducto auditivo externo u osteotomía lateral de la bulla), endocrinopatías, causas metabólicas (hipoglucemia secundaria a insulinoma), neurotoxinas (botulismo), neoplasias (tanto del mismo nervio como a nivel del encéfalo, tumores de otro tipo que causen compresión del nervio facial) y síndromes paraneoplásicos, enfermedades inflamatorias o inmunomediadas y algunos tratamientos quimioterápicos.
Cuadro clínico y diagnóstico
En general, los animales afectados suelen ser perros de mediana/avanzada edad (> 5 años). El Cocker (tanto Spaniel como Americano) y el Cavalier King Charles parecen estar predispuestos.
HISTORIA CLÍNICA
La historia clínica de estos pacientes suele reflejar:
- Signos agudos, generalmente (no siempre) unilaterales. Entre ellos se incluyen la caída del pabellón auricular y de la comisura labial del lado afectado, dificultad al comer y beber, babeo, incapacidad para parpadear y retención de restos de comida en el lado afectado de la boca.
- El reflejo de amenaza es anormal o está abolido.
- Pacientes con lesión a nivel del oído medio o interno pueden presentarse con signos de síndrome de Horner y signos vestibulares. De hecho, se ha reportado que el 42-65% de los perros con parálisis facial podía presentar síndrome vestibular periférico. Por otra parte, el 30-37% de los perros con consulta motivada por signos relacionados con síndrome vestibular periférico presentaban parálisis facial. Esto puede explicarse por la estrecha relación anatómica entre el nervio facial y el vestibulococlear.
- En perros con parálisis facial, la presencia de debilidad en los miembros, estupor o déficits propioceptivos sugiere un origen central de la lesión.
DIAGNÓSTICO DE LA PARÁLISIS FACIAL
El diagnóstico de la parálisis del nervio facial se establece en base en el cuadro clínico y a los resultados de la evaluación de los reflejos. En cualquier caso y para intentar establecer la etiología de la lesión se recomienda una evaluación completa, que en función de cada caso particular puede incluir hematología, perfil bioquímico, evaluación de la función tiroidea y adrenal, técnicas de imagen avanzadas, estudios de electromiografía, evaluación del LCR o en raras ocasiones, biopsia del nervio.
Conclusiones
La parálisis facial en el perro es frecuentemente una enfermedad idiopática. Sin embargo, para establecer ese diagnóstico es necesario que previamente se hayan excluido otras causas potenciales de lesión del nervio facial. En función de cuál sea la causa primaria el protocolo diagnóstico puede resultar más o menos complejo. Por ello, es recomendable que en el momento de la realización de las distintas pruebas el protocolo diagnóstico se adapte a cada caso particular.
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